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  EL GIGANTE DE LA HISTORIA
 

 

 

El gigante de la historia

Los 4 imperios del mundo

 



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En el año segundo de su reinado tuvo Nabucodonosor un sueño que dejó consternado su espíritu, y huyó dicho sueño de su memoria. Y mandó el rey convocar los adivinos y magos; y los hechiceros; y astrólogos para que mostrasen al rey los sueños que había tenido... (Daniel 2:1,2).

 

Nabucodonosor era rey de Babilonia, el cual sitió la ciudad de Jerusalén y llevó cautivos a los judíos. Dispuso el rey mandar traer cuatro niños de bella presencia, entre ellos se encontraba Daniel, quien era inigualable en conocimientos y sabiduría por lo que permaneció al servicio del rey.

 

A esto dijeron los caldeos, respondiendo al rey: No hay hombre sobre la tierra, ¡oh rey!, que pueda cumplir tu mandato; ni hay rey alguno grande y poderoso que demande tal cosa a ningún adivino, mago o astrólogo, porque es cosa muy difícil, ¡oh rey!, la que pides, ni se hallará nadie que pueda ilustrar al rey sobre ella, fuera de los dioses, los cuales no tienen trato con los hombres.

 

Y el rey, al escuchar esto, mandó quitar la vida a todos los sabios de Babilonia, incluyendo a Daniel, el cual sabiendo la causa de la sentencia, pidió tiempo al rey e imploró misericordia del Dios del cielo acerca del tal arcano.

 

Entonces tuvo Daniel por la noche una visión, en la cual le fue revelado el arcano y bendijo Daniel al Dios del cielo y prorrumpió en estas palabras: Bendito sea el nombre del Señor, Eterno y para siempre porque de él son la sabiduría y la fortaleza. Él muda los tiempos y las edades; traslada los reinos y los afirma; da la sabiduría a los sabios y la ciencia a los inteligentes (Daniel 2:19-21).

 

Daniel entonces pidió no quitasen la vida a los sabios y que lo condujeran al rey, el cuál le preguntó si él realmente podría revelarle su sueño, a lo que Daniel respondió: hay un Dios en el cielo que revela los misterios, y éste te ha mostrado las cosas que sucederán en los últimos tiempos.

 

Tú, ¡oh rey!, estando en tu cama, te pusiste a pensar lo que sucedería en los tiempos venideros y Aquél que revela los misterios te hizo ver lo que ha de venir.

 

Tú, ¡oh rey!, tuviste una visión; y te parecía que veías como una grande estatua de elevada altura que estaba de pie delante de ti; y su presencia era espantosa. La cabeza de esta estatua era de oro finísimo; el pecho, empero, y los brazos de plata; mas el vientre y los muslos de bronce; y de hierro las piernas; y una parte de los pies era de hierro y la otra de barro. Así la veías tú cuando, sin que mano ninguna la moviese, se desgajó del monte una piedra, la cual hirió a la estatua en sus pies de hierro y de barro cocido; y los desmenuzó.

 

Entonces se hicieron pedazos igualmente el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro, y quedaron reducidos a ser como el tamo de una era en el verano, que el viento esparce; y así no quedó nada de ellos. Pero la piedra que había herido a la estatua, se hizo un gran monte que llenó toda la tierra (Daniel 2:29-35).

 

Daniel también le da la interpretación al rey: Tú eres la cabeza de oro, después de ti se levantará otro reino menor de plata; después otro tercer reino de bronce y el cuarto reino será como el hierro, mas una parte de los pies de barro y la otra de hierro, este será dividido, será en parte fuerte y en parte débil.

 

Daniel explica que en el tiempo de aquellos reyes (los diez de los dedos de los pies de barro), el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido.

 

 

 

La cabeza de oro

Babilonia 609-539 a.C.

Nabucodonosor

 

 

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El pecho y brazos de plata

Medos y Persas 539-331 a.C.

Ciro el grande

 

 

El vientre y muslos de cobre

Imperio Greco-Macedonio

Alejandro Magno

 

 

Las piernas de hierro

Césares

Imperio Romano del Occidente

Imperio Romano de Oriente


Los pies, hierro mezclado con
barro cocido
El Imperio Romano
restaurado

 

 

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Las 4 bestias del mar

 

Tuve yo una noche esta visión: los cuatro vientos del cielo combatían en el mar grande. Y cuatro grandes bestias, diversas entre sí salían del mar (Daniel 7:1).

 

La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición... (Apocalipsis 17:8). Me dijo también: las aguas que has visto, donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas (Apocalipsis 17:15).

 

Daniel ve a cuatro bestias subir del mar, en lenguaje bíblico simbólico el mar o las aguas representan a los pueblos y las naciones, como lo confirma el Apocalipsis. Observa a cuatro reinos levantarse de las naciones.

 

La primera era como un león y tenía alas de águila; mientras yo la miraba, he aquí que le fueron arrancadas las alas y se alzó de tierra; y se tuvo sobre sus pies como un hombre; y se le dio un corazón de hombre (Daniel 7:4).

 

Nabucodonosor, rey de Babilonia, se engrandeció y se llenó de orgullo diciendo para sus adentros: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado para capital de mi reino con la fuerza de mi poderío y el esplendor de mi gloria? Cuando una voz del cielo le advirtió que su reino le había sido quitado y habitaría con las bestias y comería heno como bestia por siete tiempos o lo que son siete años, hasta que reconociera que el Altísimo es el que tiene el dominio sobre los reinos y lo da al quien quiere. He aquí que en ese tiempo le crecieron los cabellos como si fuesen alas de un águila, pero transcurridos los siete años se le restituyó su corazón de hombre (Daniel 4:27-31).

 

Y vi otra bestia semejante a un oso, el cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre sus dientes y le decían así: Levántate, come carnes en abundancia (Daniel 7:5).

 

El imperio de los persas tenía más dominio que el de los medos, aunque se trataba de un mismo imperio, por eso el oso se alzaba más de un costado. Las tres costillas corresponden a Egipto, Libia y Babilonia.

 

Después de esto estaba yo observando y he aquí otra bestia como un leopardo; y tenía en la parte superior cuatro alas como de ave; y tenía esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado a ella el poder (Daniel 7:6).

 

Los cuatro generales de Alejandro Magno, que se dividieron el imperio a la muerte de éste fueron: Ptolomeo, Seleuco, Casandro y Lisímaco.

 

Después de esto estuve yo contemplando la visión nocturna; cuando he aquí que apareció una cuarta bestia terrible y prodigiosa y extraordinariamente fuerte; la cual tenía grandes dientes de hierro, comía y despedazaba, y lo que le sobraba, lo hollaba con los pies, mas no se parecía a las otras bestias que antes había yo visto y tenía diez cuernos (Daniel 7:7).

 

 

Babilonia


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El león, como el máximo rey, su majestuosidad y dominio

es la cabeza de oro de la estatua de Nabucodonosor,

la cual él representaba (Daniel 2:32).

 



Persia

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El oso, por su enorme fuerza, representa los brazos de plata

de la estatua de Nabucodonosor (Daniel 2:32).

El imperio de los Medos y los Persas, que reemplazó a Babilonia.

 



Grecia

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El leopardo representa el vientre y muslos de cobre de la estatua

de Nabucodonosor.  Así como el leopardo corre, de igual modo

este imperio llenó la tierra con gran velocidad (Daniel 2:32).

 


Roma

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Es la cuarta bestia terrible y prodigiosa. Representa los pies,

en parte de hierro y en parte de barro cocido.

Ambos pies: el imperio de occidente y el de oriente.

Los diez cuernos de esta bestia también son

los diez dedos de los pies de barro y representan diez reyes

que aún no han recibido reino.

 

 

Estaba yo contemplando los cuernos, cuando he aquí que despuntó por en medio de ellos otro cuerno más pequeño y así que esta apareció, fueron arrancadas tres de los primeros cuernos; había en este pequeño cuerno ojos como de hombre y una boca que profería grandes cosas. (Daniel 7:20).

 

También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo y de los que moran en el cielo (Apocalipsis 12:5,6).

 

Y los diez cuernos de dicho reino serán diez reyes, después de los cuales se levantará otro, que será más poderoso que los primeros y derribará tres reyes.

 

Y él hablará mal contra el Excelso y atropellará a los santos del Altísimo; y se creerá con facultad de mudar los tiempos y las leyes; y serán dejadas a su arbitrio todas las cosas por un tiempo, y dos tiempos y la mitad de un tiempo (Daniel 7:24,25).

 

Un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo es lo equivalente a tres años y medio (cada tiempo es igual a  un año); a su vez, estos tres tiempos y medio son lo equivalente a cuarenta y dos meses (Apocalipsis 12:5).

 

Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir y se me dijo: Levántate y mide el templo de Dios y el altar; y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses (Apocalipsis 11:1,2).

 

 

La bestia del Apocalipsis



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Me paré sobre la arena del mar y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo.

 

Y la bestia que vi era semejante a un leopardo; y sus pies como de oso; y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono; y grande autoridad.

 

Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia; y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia; y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? (Apocalipsis 12:1-4).

 

Las siete cabezas de la bestia del Apocalipsis son los cuatro reinos del sueño de Daniel: La cabeza del león; la cabeza del oso; las cuatro cabezas del leopardo y la cabeza de la última bestia terrible y prodigiosa de los dientes de hierro. En total suman las siete cabezas de la bestia que tiene Juan en visión, él nos dice ver a una de sus cabezas como herida de muerte, ésta es la última, el imperio romano.

 

Pero su herida mortal fue sanada, lo cual quiere decir que este imperio, o al menos el viejo sistema en el cual fue fundado surgirá de nuevo en el mundo; y será como la última restauración de éste. El dragón le dio su autoridad, “la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás” (Apocalipsis 20: 2).

 

Los diez cuernos y las diez diademas representan a los diez reyes, las diademas sus coronas; son diez naciones que entregarán su poder a la bestia en una forma de alianza pero no se mezclarán al igual que el barro no se mezcla con el hierro.

 

Y el cuarto reino será como el hierro: al modo que el hierro desmenuza y doma todas las cosas, así este reino destrozará a todos los demás.

 

En cuanto a lo que has visto que una parte de los pies y de los dedos era de barro de alfarero y la otra de hierro, sepas que el reino, sin embargo, que tendrá origen de vena de hierro será dividido, conforme lo que viste del hierro mezclado con el barro cocido.

 

Y como los dedos de los pies en parte son de hierro y en parte de barro cocido, así el reino en parte será firme y en parte quebradizo.

 

Y al modo que has visto el hierro mezclado con el barro cocido , así se unirán por medio de alianzas; mas no formarán un cuerpo el uno con el otro, así como el hierro no puede mezclarse con el barro (Daniel 2:40-43).

 

El hierro no se puede mezclar con el barro, así los países no pueden lograr una sólida unificación, ya que son diferentes en ideologías y cultura, pero pueden unirse por medio de alianzas.

 

Europa, junto con algunos otros países del oriente, serán en un futuro los que dominen el ambiente mundial, y se asombrarán todos los habitantes de la tierra al ver el resurgimiento de estas naciones como la nueva potencia que someta al mundo entero.

 

La Unión Europea ha logrado ya su integración por medio de una moneda, el euro, y buscará someter a las naciones por medio de su potencial económico. Con certeza podemos asegurar esto, ya que como dice Daniel, los últimos diez reyes precedentes a la venida de Jesucristo, tienen su origen en el antiguo sistema romano, el cual volverá a resurgir. Este es la séptima cabeza que estaba herida de muerte y que su herida mortal fue sanada.

 

La bestia que has visto era y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición (Apocalipsis 17:8). Esto para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aun no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo (Apocalipsis 17:9).

 

La Biblia hace mención de seis reinos de dominio mundial a lo largo de la historia: EGIPTO, ASIRIA, BABILONIA, MEDOS Y PERSAS, GRECIA Y ROMA. Cuando Juan escribe el libro del Apocalipsis, las cinco primeras ya habían sido, una era, Roma, y la que ha de venir, la restauración de éste último imperio, la Unión Europea.  

 

 

 

 

 

 

 
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