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  21 Conceptos científicos en la Biblia
 

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“Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.” Romanos 1:20-21.

 

1 Tiempo, Espacio, Materia y Energía.

 

Los tres primeros versículos del libro de Génesis expresan todos los aspectos conocidos sobre la Creación. En el principio, es decir el TIEMPO, creó Dios los cielos, o sea el ESPACIO, y la Tierra, es decir, la MATERIA. Y la Tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz, que es la ENERGÍA. Génesis 1:1-3.

 

2 Nada sostiene a la Tierra

 

La Tierra se encuentra suspendida en el espacio y nada la sostiene, a excepción del poder de Dios. En el libro de Job, que fue escrito hace 500 años antes de Cristo, vemos a Job hablando acerca de la soberanía de Dios.

 

“¿En qué ayudaste al que no tiene poder? ¿Cómo has amparado al brazo sin fuerza? ¿En qué aconsejaste al que no tiene ciencia y qué plenitud de inteligencia has dado a conocer? ¿A quién has anunciado palabras y de quién es el espíritu que de ti procede? Las sombras tiemblan en lo profundo, los mares y cuanto en ellos mora. El Seol está descubierto delante de él y el Abadón no tiene cobertura. El extiende el norte sobre vacío, cuelga la Tierra sobre la nada.” Job 26:1-7.

 

Esta misma soberanía de Dios la vemos descrita en el libro de los Hebreos, donde leemos que el universo constituye su misma esencia y cuya fuerza sostiene todas las cosas incluyendo a la Tierra que cuelga sobre la nada.

 

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder.” Hebreos 1:1-3.

 

3 La Tierra es un círculo

 

700 años antes de Cristo el profeta Isaías escribió lo siguiente: “Él está sentado sobre el círculo de la Tierra, cuyos moradores son como langostas; Él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.” Isaías 40:22.

 

Sobre la verdadera forma de la Tierra ya hemos hablado en el artículo titulado La mentira de la Tierra. Ella es de dimensiones colosales al igual que los cielos, podemos imaginar su forma como una planicie cubierta por una especie de cúpula, esto es los cielos como una tienda de campaña que la cubren, a los cuales llamamos el espacio exterior. No por esto decimos que sea plana, pues solo su faz o cara lo es, pero ésta tiene fundamentos, los cuales son tan grandes hacia abajo como lo son los cielos por encima de nosotros, y esto lo afirma claramente el mismo Dios.

 

“Así ha dicho el Eterno: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la Tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice el Eterno. Jeremías 31:37.

 

En Isaías se menciona la palabra círculo el cual es el hebreo “kjug”, se traduce como círculo y poner un límite; a su vez también procede de “mekjug” que es instrumento para formar un círculo, un compás. Es de notar que no se hace mención en ninguno de los siguientes versículos de la palabra esfera, aunque sí se empleaba y se conocía bien su concepto. En el capítulo 22 de Isaías se lee: “Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra extensa; allá morirás, y allá estarán los carros de tu gloria, oh vergüenza de la casa de tu señor.” La palabra hebrea aquí empleada es “dur” que es bola o pelota, algo esférico.

 

“Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo; cuando afirmaba los cielos arriba, cuando afirmaba las fuentes del abismo; cuando ponía al mar su estatuto, para que las aguas no traspasasen su mandamiento; cuando establecía los fundamentos de la Tierra.” Proverbios 8:27-29.

 

“Ha trazado un círculo sobre la superficie de las aguas, en el límite de la luz y las tinieblas.” Job 26:10. Al parecer los límites de los mares se encuentran a la periferia de este círculo de Tierra, seguramente se trata de los grandes muros de hielo de la Antártida, donde se encuentran los tesoros de la nieve y el granizo, el llamado Polo Sur. En Job se lee: “Por el soplo de Dios se da el hielo, y las anchas aguas se congelan.” Job 37:10.

 

4 Curvamiento del espacio-tiempo

 

En el libro de los Salmos David describe el sufrimiento del hijo de Dios cuando clama desde la cruz en su angustia, al morir ocurren una serie de acontecimientos que están bien documentados como el eclipse total de Sol y el gran terremoto. En el evangelio de Mateo se lee que este eclipse duró tres horas, lo cual menciona David en el salmo 18. Dios al descender a la Tierra inclina los cielos, dobla el espacio tiempo y este acontecimiento de gran magnificencia ocurre mientras la luz del Sol no está presente.

 

“Te amo, oh Yehovah, fortaleza mía. Yehovah, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en Él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Yehovah, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos. Me rodearon ligaduras de muerte, y torrentes de perversidad me atemorizaron. Ligaduras del Seol me rodearon, me tendieron lazos de muerte. En mi angustia invoqué a Yehovah, y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de Él, a sus oídos. La Tierra fue conmovida y tembló; se conmovieron los cimientos de los montes, y se estremecieron, porque se indignó Él. Humo subió de su nariz, y de su boca fuego consumidor; carbones fueron por Él encendidos. Inclinó los cielos, y descendió; y había densas tinieblas debajo de sus pies. Cabalgó sobre un querubín, y voló; voló sobre las alas del viento. Puso tinieblas por su escondedero, por cortina suya alrededor de sí; oscuridad de aguas, nubes de los cielos.”

 

Esta curvatura del espacio tiempo está consignada en la teoría de la relatividad propuesta por Albert Einstein, en la cual se hace mención de que los cuerpos celestes pueden deformar el espacio tiempo. Algunos expositores han propuesto que el eclipse que describe la Biblia de tres horas pudo haber sido un cuerpo celeste que además de ocultar la luz del Sol, produjo el gran terremoto y la caída de meteoritos que poéticamente narra el Salmo 18 como los carbones encendidos, pues normalmente los eclipses no duran ese tiempo.

 

5 La relatividad del tiempo

 

“Oh Eterno, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Eterno, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender.” Salmos 139:1-6.

 

El atributo omnisciente de Dios, es decir su total conocimiento, guarda relación con un aspecto muy importante de entender, se trata de la dimensión en el que Él se encuentra y la dimensión en la que nosotros vivimos.

 

El hombre, como parte de la creación física, está limitado por el espacio y el tiempo, en cambio Dios no está limitado por ninguno de ellos, de modo que puede ver en una línea de tiempo hacia atrás o hacia delante en nuestra existencia, como dice David: “detrás y delante me rodeaste” y tal conocimiento es alto para nosotros y de difícil comprensión.

 

“¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir. No teman, ni se amedrenten; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego ustedes son mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.” Isaías 44:7-8.

 

“Acuérdense de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero.” Isaías 46:9-11.

 

Dios es Espíritu y no está limitado ni por el tiempo ni por el espacio, de modo que es omnisciente y omnipresente, teniendo estos dos atributos podríamos afirmar que nadie ni nada escapa de Él, de manera que todo está bajo su control, incluyendo cada una de las almas del hombre. Este conocimiento anticipado de Dios hizo posible concebir las siguientes palabras que iban dirigidas a Jeremías; y al rey David, lo hizo escribir acerca de ello de una manera detallada y sorprendente:

 

“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.” Jeremías 1:5. El apóstol Pedro también describe esta relatividad del tiempo, al cual Dios no está sujeto, pues es Eterno. Mas, oh amados, no ignoren esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.

 

6 La existencia del átomo

 

“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” Hebreos 11:3.

 

Mediante el uso de instrumentos científicos tan potentes como un microscopio electrónico de barrido, podemos mirar el mundo que escapa a nuestra vista como lo es la estructura de un microorganismo tan pequeño como un virus, pero no las moléculas que lo forman o los átomos que conforman dichas moléculas. La Biblia nos dice que hay un mundo espiritual del cual proviene la materia que vemos. Cuando concluya el plan de Dios, todo lo que conocemos se volverá a su estado original del cual proviene. Toda la creación material de cielos y Tierra serán disueltos hasta su misma esencia, el átomo, el elemento de la materia. Como le fue revelado al apóstol Pedro: “Los elementos ardiendo serán desechos”, cada elemento que conocemos en la tabla periódica dejará de ser.

 

“Pero los cielos y la Tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. Mas, oh amados, no ignoren esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la Tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.” 2 Pedro 3:7-10.

 

7 Estrellas innumerables

 

Al mirar el cielo en una noche despejada, contemplamos el hermoso manto de estrellas que adornan el firmamento, pero nos resulta una imposibilidad siquiera el imaginar su número. Para los científicos aún esto es complejo, pues en primer lugar debieran definir el universo, ¿es infinito? O ¿existe más de un universo? Nos limitaremos solamente al universo observable, y en esto aún no existe un consenso de su tamaño, sin mencionar las variables como los que afirman que está en constante expansión o que el espacio tiempo no es lineal sino curvo. Esto nos relega al limitado conteo de galaxias, pero solamente podríamos tener un estimado. Se calcula que hay más de 100 mil millones de estrellas solamente en nuestra galaxia, la vía láctea, pero esta información es fluctuante conforme avanza la tecnología.

 

Así ha dicho el Eterno, que hizo la Tierra, el Eterno que la formó para afirmarla; Yehovah es su nombre: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me sirven.” Jeremías 33.

 

Pero Dios conoce el número de ellas y aún llama a cada una por su nombre. En el libro de Isaías leemos lo siguiente: “Levanten en alto sus ojos, y miren quién creó estas cosas; Él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.” Isaías 40:26.

 

Y en el libro de Job, Dios le interroga a éste acerca de cosas que le son imposibles de responder. “¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades, o desatarás las ligaduras de Orión? ¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos, o guiarás a la Osa Mayor con sus hijos? ¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? ¿Dispondrás tú de su potestad en la Tierra?” Job 38:31-33.

 

8 Agujeros negros y materia oscura

 

Casi la totalidad de las estrellas conocidas pasan por un proceso de agotamiento de su combustible nuclear. Tales estrellas compuestas por átomos en estado de plasma, al agotarse su energía, acaban colapsando debido al efecto de gravedad de su propio peso formando así una estrella de neutrones que a su vez producirá un agujero negro cuando su densidad alcanzada es muy alta. En un agujero negro, la concentración de masa en su interior es tan elevada que crea un campo gravitatorio al que ni la luz escapa. La gravedad de un agujero negro o curvatura del espacio tiempo provoca una singularidad, (punto donde la materia desaparece), delimitada por el horizonte de sucesos, (límite entre el agujero negro y el resto del universo).

 

En la epístola de Judas se hace mención de estas estrellas comparando a los hombres insensatos, los cuales hablan sin conocimiento en contra de las potestades del cielo, con los ángeles que fueron juzgados a causa de su transgresión. Ya hemos visto que las estrellas del cielo son los ángeles de Dios. El libro de Enoc, el cual es citado en la epístola de Judas, describe también a cuatro estrellas encadenadas que parecían grandes montañas ardiendo como fuego, las cuales pasado el tiempo de su condena en prisión, serán juzgadas para ser destruidas junto con los hombres impíos. Al apagarse su luz, estas estrellas dejarán de brillar eternamente.

 

En la epístola de Judas leemos: “Fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.” Judas 1:13-15.

 

Se estima que el 80% de lo que compone el universo es materia oscura, en llanas palabras la materia oscura es aquella que no emite luz o bien podríamos decir que es invisible. En el capítulo 50 de Isaías leemos acerca de esto: Visto de oscuridad los cielos, y hago como cilicio su cubierta.

9 La segunda ley de la termodinámica

 

En esta ley se hace mención de la entropía, la cual establece que todo en el universo está en decaimiento y deterioro constante y gradual. En el libro de los Salmos leemos lo siguiente:

 

“Desde el principio tú fundaste la Tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados.” Salmos 102:25-26.

 

Y en Hebreos 8:13 se lee: “Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.”

 

10 Las corrientes oceanográficas

 

En el Salmo 8, el rey David habla acerca de los caminos que hay en el mar de un modo poético. “Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar. ¡Oh Eterno, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la Tierra!” Salmos 8:4-9.

 

11 El ciclo hidrológico

 

El ciclo del agua comprende los procesos por los cuales ésta es reciclada a través de cambios biogeoquímicos que sufre en su circulación por los diferentes compartimentos de la llamada hidrósfera. En diferentes partes de la Biblia se lee de manera muy detallada este proceso contemplado en la economía de Dios.

 

“He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos, ni se puede seguir la huella de sus años. Él atrae las gotas de las aguas, al transformarse el vapor en lluvia, la cual destilan las nubes, goteando en abundancia sobre los hombres. ¿Quién podrá comprender la extensión de las nubes, y el sonido estrepitoso de su morada? He aquí que sobre Él extiende su luz, y cobija con ella las profundidades del mar. Bien que por esos medios castiga a los pueblos, a la multitud Él da sustento. Con las nubes encubre la luz, y le manda no brillar, interponiendo aquéllas. El trueno declara su indignación, y la tempestad proclama su ira contra la iniquidad.” Job 36:26-32.

 

“Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo.” Eclesiastés 1:7. “Él edificó en el cielo sus cámaras, y ha establecido su expansión sobre la Tierra; Él llama las aguas del mar, y sobre la faz de la Tierra las derrama; Yehovah es su nombre.” Amós 9:6.

 

12 Cordilleras y montañas en el fondo del mar

 

Cuando el profeta Jonás evade su misión de llevar a la ciudad de Nínive el mensaje de arrepentimiento a causa de su maldad, huyendo de la presencia de Dios, toma una nave que se dirige a Tarsis, pero Dios levantó una gran tempestad en el mar que casi partía la nave, los marineros tuvieron miedo y en consenso con Jonás decidieron arrojarlo al mar, pues conocían que por él les acontecía aquello. Pero Dios tenía preparado un gran cetáceo, una ballena la cual tragó al profeta y lo tuvo en su vientre tres días y tres noches durante las cuales Jonás oró a Dios para que lo liberara. Aquí él describe el fondo del mar y sus cordilleras como las raíces o cimientos de los montes. Esto fue comprobado gracias a la invención del sonar. Hoy se tienen mapas precisos del suelo marino en los que se muestran montes y volcanes.

 

“Entonces oró Jonás al Eterno su Dios desde el vientre del pez, y dijo: Invoqué en mi angustia al Eterno, y Él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, y me rodeó la corriente; todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; mas aún veré tu santo templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, rodeóme el abismo; el alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes; la Tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Eterno, Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé del Eterno, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo. Los que siguen vanidades ilusorias, su misericordia abandonan. Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La salvación es del Eterno. Y mandó Yehovah al pez, y vomitó a Jonás en tierra.” Jonás 2.

 

13 Fuentes termales en los océanos

 

En 1970 los oceanógrafos descubrieron la existencia de fuentes en los suelos marinos con la ayuda de submarinos a los 3 kilómetros de profundidad. Las fuentes termales abundan en el fondo del océano, a lo largo de las dorsales submarinas, donde tiene lugar la separación de grandes extensiones de la superficie de la Tierra y se crea nueva corteza oceánica. Cuando ocurrió el diluvio universal, no solamente llovió sobre la Tierra, sino que también fueron abiertas las fuentes de las aguas en el océano.

 

“El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches.” Génesis 7:11-12. “¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar, y has andado escudriñando el abismo?” Job 38:16.

 

14 Dimensiones exactas para la estabilidad de los barcos

 

Se sabe bien que una nave requiere que lo largo de ella sea seis veces su ancho para poder mantenerse a flote. En el libro de Génesis encontramos las dimensiones del arca que construyó Noé.

 

“Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura.” Génesis 6:15. Si tenemos en cuenta que el codo mencionado en la Biblia era la distancia media en un adulto entre el codo y el extremo de la punta de los dedos, y que según el valor de la época le podría corresponder una equivalencia de 45,6 centímetros, entonces tenemos que las medidas del arca serían de 136 metros de longitud, 22,8 metros de ancho y una altura de 13,6 metros.

 

15 El ser humano hecho del polvo de la Tierra

 

Existen de manera natural 92 elementos que componen el polvo de la Tierra. El cuerpo humano se compone de 28 elementos todos encontrados precisamente en la tierra. De cada 200 átomos de nuestro organismo, 126 son de hidrógeno, 51 de oxígeno y 19 de carbono. Hay otros elementos como el hierro contenido en la molécula de hemoglobina; el cobalto, necesario para la formación de vitamina B; el potasio, el cloro y el sodio importantes en el intercambio celular; el molibdeno, el manganeso y el vanadio que ayudan a mantener las enzimas funcionando; el zinc que es antioxidante y promotor del crecimiento, y eso por mencionar algunos, que de igual manera forman parte del polvo de la Tierra.

 

“Entonces el Eterno Dios formó al hombre del polvo de la Tierra, sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente.” Génesis 2:7.

 

“Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” Génesis 3:19.

 

16 La vida se encuentra en la sangre

 

Bien se dice en el conocido slogan “Donar sangre es donar vida”, y es que es por medio de ésta que se transporta el oxígeno a todo el organismo por medio de la hemoglobina contenida en las células rojas llamadas eritrocitos. Es por medio de este oxígeno que tenemos el aliento de vida cada vez que respiramos, sin el oxígeno inmediatamente muere cada una de nuestras células. Además la sangre cumple otras tareas como el transporte de nutrientes, hormonas y enzimas; se deshace del dióxido de carbono; se encarga de la termorregulación corporal y es el medio por el cual las defensas llegan a cada rincón del organismo para combatir infecciones y reparar los daños celulares. En el libro de Levítico leemos lo siguiente:

 

“Si cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la cortaré de entre su pueblo. Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo se las he dado para hacer expiación sobre el altar por almas; y la misma sangre hará expiación de la persona. Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de ustedes comerá sangre, ni el extranjero que mora entre ustedes comerá sangre. Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comerán la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado.” Levítico 17:10-14.

 

17 Las leyes de la Genética

 

Existen barreras establecidas en la genética de cada especie, las cuales no permiten que se mezclen unas y otras. Todas ellas se reproducen de manera natural con su propia especie.

 

“Después dijo Dios: Produzca la Tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la Tierra. Y fue así. Produjo, pues, la Tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.”

 

“Luego dijo Dios: Produzca la Tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la Tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la Tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la Tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. Génesis 1:11-12, 24-25.

 

18 El libro de la vida en el ADN

 

“Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la Tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas,
sin faltar una de ellas.” Salmos 139:14-16.

 

El ADN contiene las instrucciones genéticas para el desarrollo y funcionamiento de todos los seres vivos y es el responsable de la transmisión hereditaria. Almacena información para la creación de cada célula y cada organismo. El ADN está conformado por una doble cadena de nucleótidos y la información genética está codificada en las secuencias de éstas moléculas, la cual debe traducirse para poder funcionar. Tal traducción se realiza usando el código genético a modo de libro, en el cual se encuentra una combinación de cuatro “palabras” e incluso una quinta contenida en el ARN. De estas palabras (bases nitrogenadas) y su configuración se escribe todo el capítulo de la vida. ADENINA, GUANINA, TIMINA, CITOCINA Y URACILO.


Las secuencias de ADN que constituyen la unidad fundamental, física y funcional de la herencia se denominan genes, la información contenida en los genes se emplea para generar ARN y proteínas que construirán las células. Dentro de las células el ADN está organizado en cromosomas los cuales pueden duplicarse para crear una nueva célula y a su vez los órganos y toda la conformación de un ser vivo. En los genes se guarda toda la información ancestral, nuestra herencia que son las características transmitidas a nuestros descendientes, características fisiológicas, morfológicas o bioquímicas; nuestro carácter y hasta nuestras enfermedades y defectos como dice Éxodo 34:6-7:


“Y pasando el Eterno por delante de él, proclamó: ¡YAHWEH! ¡YAHWEH! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.”


El pecado corrompe nuestro ADN, pero Dios nos restaura si hay un arrepentimiento genuino, entonces es cuando nuestro ADN resplandece y emite luz, (biofotones), como se ha descubierto por la ciencia en años recientes, ¡Somos seres de LUZ!

 

19 El origen del arcoíris

 

Antes del Diluvio Universal no había llovido sobre la Tierra, en Génesis se lee que Dios hacía subir un vapor desde la tierra que regaba a toda ésta. El arcoíris se forma a partir de las gotas de agua suspendidas en la atmósfera, generalmente a causa de las precipitaciones pluviales, estas gotitas de agua funcionan como un prisma el cual hace que la luz blanca del Sol se divida en los siete colores que observamos en el arcoíris.

 

“Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la Tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la Tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y ustedes y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la Tierra.” Génesis 9:13-16.

 

Siglos atrás Isaac Newton había comprobado que la luz se puede dividir y el libro de Job también lo había mencionado milenios antes.

“¿Por qué camino se reparte la luz, y se esparce el viento solano sobre la Tierra?” Job 38:24.

 

20 La vida comienza desde la fecundación

 

Ya se sabe en la actualidad que cuando un óvulo es fertilizado por un espermatozoide comienza la vida y se concibe un ser humano. El profeta Jeremías nos habla de su propia formación en el vientre materno cuando Dios le declara que ya lo conocía desde aquél momento y le había dado un propósito en esta Tierra.

 

“Vino, pues, palabra del Eterno a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.” Jeremías 1:4-5.

 

21 El desarrollo del embrión.

 

En el siglo 18, no se tenía un completo y verdadero conocimiento acerca del desarrollo embriológico. Fue hasta que el médico alemán Caspar Friedrich Wolff introdujo la teoría de que las células en un principio no diferenciadas, se diferenciaban para producir tejidos y órganos, tal como se narra en el libro de Job.

 

“Tus manos me hicieron y me formaron; ¿Y luego te vuelves y me deshaces? Acuérdate que como a barro me diste forma; ¿Y en polvo me has de volver? ¿No me vaciaste como leche, Y como queso me cuajaste? Me vestiste de piel y carne, Y me tejiste con huesos y nervios. Vida y misericordia me concediste, Y tu cuidado guardó mi espíritu.” Job 10:8-12.

 

El rey David menciona en el libro de los Salmos como Dios lo miró cuando era apenas un embrión en el vientre de su madre y muestra gratitud por este hecho y admiración.

 

“Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la Tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.” Salmos 139:14-16.

 

 

 

 

 
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